Vivir hernia discal cervical

Vivir con una hernia discal cervical

Si experimentas un dolor agudo o radiante en la parte baja de la espalda o el cuello, acompañado de entumecimiento o hormigueo en el brazo o la pierna, y posiblemente debilidad en los músculos cercanos a estas áreas, es posible que tengas una hernia de disco.

Esto ocurre cuando se forma una fisura en la cubierta exterior resistente de un disco espinal, lo que hace que el centro blando del disco sobresalga a través de la fisura, irritando continuamente los nervios cercanos en la médula espinal. Esta fisura puede ocurrir como resultado de un accidente, lesión o simplemente desgaste con el tiempo.

Independientemente de la causa, una hernia de disco puede provocar síntomas como dolor en las extremidades, ciática y pérdida de movilidad. La buena noticia es que la mayoría de las hernias de disco se curan por sí solas y es posible experimentar alivio en unas pocas semanas. Sin embargo, existen actividades comunes que pueden inflamar el disco y empeorar el dolor, lo que retrasa la recuperación de la fisura.

Formas de controlar y tratar el dolor causado por la hernia de disco

Dependiendo de la gravedad del dolor y del tratamiento recomendado por tu médico especialista en dolor, hay ciertas medidas que puedes seguir para minimizar el malestar y prevenir una lesión mayor. Estas incluyen:

  • Dormir boca arriba o de lado en lugar de boca abajo.
  • Usar zapatos planos o de tacón bajo para aliviar la presión sobre la columna.
  • Llevar objetos pesados pegados al cuerpo.
  • Mantener la espalda recta y doblar las rodillas y las caderas al levantar un objeto.
  • Colocar los pies en un reposapiés al sentarse para que las rodillas queden más altas que las caderas.
  • Poner un pie en un taburete pequeño o reposapiés cuando estés de pie durante mucho tiempo.

Actividades a evitar con una hernia de disco

  • Sentarse demasiado y por mucho tiempo: esto ejerce una presión adicional sobre el disco espinal, especialmente si se encorva hacia adelante. Puede minimizar el dolor de espalda poniéndose de pie, moviéndose y recostándose cuando sea posible. Si debe sentarse con frecuencia, hágalo con la espalda recta y los hombros hacia atrás en dirección a la silla. También puede usar una almohada pequeña para apoyar la parte baja de la espalda. Descanse con frecuencia y procure caminar distancias cortas.
  • Hacer tareas domésticas que impliquen doblar la espalda: todo lo que implique agacharse, cargar peso, lanzarse hacia adelante repetidamente o alcanzar objetos con frecuencia ejercerá una presión considerable sobre la parte inferior de la espalda. Por ejemplo, lavar la ropa, pasar la aspiradora, labores de jardinería y barrer. Agacharse para llenar un plato con comida o agua (para mascotas) puede ejercer presión sobre la hernia discal, por lo que es mejor comprar platos especiales para mascotas para evitar doblarse.
  • Ejercicios extenuantes: evite las actividades de alto impacto, como correr o saltar, que causan estrés repetitivo en la espalda. También evitar los ejercicios de tocarse los dedos de los pies, ponerse en cuclillas, abdominales u otros movimientos que requieran una flexión significativa de la espalda y que puedan empeorar su dolor. Procure realizar ejercicios de bajo impacto o sin impacto, como nadar, caminar o usar una bicicleta estática, los cuales ayudan a aumentar el flujo sanguíneo, los nutrientes y el oxígeno en todo el cuerpo lo que fomenta la curación y ayuda a reducir el dolor de espalda.

Tratamiento no quirúrgico para discos herniados en Recupérate Ya Madrid

Existen formas efectivas de tratar la hernia discal dolorosa sin cirugía. En nuestro centro de fisioterapia avanzada en Madrid combinamos la última tecnología terapéutica para lesiones discales.

Entre las técnicas de aplicación en nuestro centro para ésta lesión , se encuentra el sistema súper inductivo SIS. Esta novedosa tecnología emite un campo magnético de alta intensidad que logra una gran vasodilatación y estimulación de los tejidos, consiguiendo restaurar la función del nervio y provocando cambios positivos en la percepción del dolor y movilidad.

También consideramos necesario realizar una valoración ecográfica para determinar el estado de la musculatura y nervios y poder así adaptar el tratamiento a las características de cada paciente.